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Ayer salimos de "La Peraleda" (Toledo) en autobús en dirección Riópar. Durante el viaje pude hablar con Miguel Mir, Sergio Fernández, Sergio Largo (que para no confundir con el otro llamamos Largo) y Jaime, al que llamamos Rambo. Estas son las personas con las que me ha tocado estar en la cabaña. Somos prácticamente los mayores del campamento y, junto con las chicas, formamos parte del grupo 6.
En la piscina jugamos al clásico juego de pasarse el balón. Su funcionamiento es simple: los chicos no deben dejar que el balón lo cojan las chicas y viceversa. Siempre se suelen crear grupos o piñas de gente que intenta coger el balón, es solo cuestión de tiempo que estos grupos se disuelvan y continúe el juego.
La comida del primer día no gustó a casi nadie. Era una sopa con bolitas negras, pero los monitores siempre vigilan que todo el mundo se coma al menos la mitad de cada plato para fastidio de muchos, pero qué le vamos a hacer, es su trabajo. ¡Esos monitores!
Para concluir el día cada uno fuimos seleccionados para formar parte de las distintas razas (casas) contra el "Señor Oscuro". Después los chicos de mi cabaña y el grupo cinco nos comprometimos a formar parte del curso de montañeros que esperábamos con interés desde el principio.
Hoy yo, Álvaro Gómez Claudio, para entendernos Potter, hago la crónica a contrarreloj, si no Carlos el fotógrafo me matará, literalmente. Mañana le toca a mi amigo Miguel al que veo en la misma situación que yo.
Un saludo.