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Nos levantamos tras una noche de ronquidos y frío en los pies y fuimos a asearnos para despertarnos definitivamente de nuestro estado de zombies. Luego sonó el silbato que anunciaba el desayuno. y nos encordamos por si nos despeñábamos por el camino de unos pocos metros.
Después del desayuno tradicional de tostada, bollo y leche nos hicieron recoger la cabaña, sacar nuestras cosas y barrer ya que había algún monstruo que llenó de picaduras a mucha gente y tenían que fumigar. Parece ser que ya ha muerto gaseado (el monstruo, entiéndase) pues la gente no ha sufrido más picaduras que las estrictamente necesarias.
Tras esto llegó la actividad de la mañana, una gymkhana con una serie de pruebas que debíamos pasar los distintos grupos. El resultado fue una enorme cola en los lavaderos para limpiar la ropa de pintura, harina y demás. Cosas del directo.
Fuimos a comer para reponer las energías que más adelante necesitaríamos. Al terminar nos fuimos a descansar, había que bajar la comida.
Cuando ya todos estuvimos descansado sonó el aviso que esperábamos para ir a la piscina. No fue un día de piscina normal ya que hicimos los juegos olímpicos en ella. Una especie de “pañuelo” acuático y una carrera de relevos fueron el plato fuerte de de estos juegos pasados por agua.
Al acabar hicimos un breve descanso y nos fuimos al último esfuerzo de la tarde, el "Asalto a la isla de los monitores". Cada uno de los cuatro grupos tenía un monitor y la actividad consitía en formar un barco enlazando gente y poner a cuatro piratillas dentro. Éstos tenían globos de agua, munición que debíamos lanzar a los malvados monitores refugiados en su isla. A cada grupo que tomaba la isla se le entregaba un trozo de mapa hasta que, al conseguir cuatro pedazos éste quedaba completo. Con el mapa en la mano fuimos a buscar el tesoro: unas ricas monedas de chocolate.
Como no había tiempo de ducharse (nota: ya se ducharon por la mañana) fuimos directamente a cenar. Nos esperaba una grata sorpresa: ¡Hamburguesas y patatas fritas!¡!Sí! Llenamos nuestros estómagos y fuimos a pasar un rato libre.
La última actividad del día consistía en que cada grupo tenía un mapa con los sitios en que había llaves ocultas. Éstas abrieron cuatro cofres con maravillosos tesoros: chuches.
Los pequeños se fueron a dormir y los mayores nos despedimos de Ali, monitora y miembra (sí, miembra) fundadora del grupo de aire libre, ya que se iba al día siguiente de vuelta a Tenerife. Cantamos y saltamos y, como recompensa, fuimos al merendero a hacer una pequeña fiesta de Coca-Cola, Fanta y patatas.
Por fin, tras todo esto, llegó el mejor momento del día: DORMIR.”
Expléndida crónica, tan solo haré un apunte. Como habrán notado el día ha estado lleno de juegos y pruebas más orientadas que otros días a la temática pirata. Esto se debe a que era el día temático, es decir, el día dedicado exclusivamente al mundo pirata.
Y hasta aquí esta crónica. Saludos.