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Campamento 2008 - Piratas del Corral

El regreso de los montañeros

por Carlos Lancha

Hoy, tras estos días especiales volvemos a la “rutina” habitual. Toque de diana, aseo, desayuno y, después de organizar las cabañas, comenzaron los talleres.

Tanto para pequeños como para medianos tocó hacer colada con más o menos habilidad para desprender los kilotones de tierra y manchas acumulados en la ropa. Además realizaron unos talleres de pulseras y elaboración de espejos. Ya los verán, auténticas obras de arte.

Todo esto nos ocupó toda la mañana con lo que quedó el tiempo justo para lavarse las manos y entrar a comer.

Mientras comíamos el grupo de mayores regresó al campamento después de su salida de dos noches en su taller de supervivencia en el que realizaron escalada y rapel nocturnos, marchas bastante duras, cocinaron su propia comida y durmieron al raso. Bravo por ellos pues superaron la prueba de forma sobresaliente, pudiéndose así otorgarles el título de "Treslingas Comecuerdas".

Después de bajar la comida los mayores se fueron directos a una bien merecida piscina, mientras que los pequeños y mediados se enfrascaron en la resolución de una serie de juegos de lógica (que nos han traído de cabeza incluso a algunos monitores) como por ejemplo la siguiente adivinanza que les animo a responder en el foro:

"Un avión sale de Frankfurt con destino Nueva York. A la vez otro avión sale de Nueva York con destino Frankfurt. A la mitad del viaje se cruzan. ¿Cómo se llaman los pilotos?"

Anímense y respondan (sin hacer trampa, no busquen en google). Más tarde los turnos se invirtieron y los pequeños y medianos pasaron a la piscina y los mayores a la lógica.

Por la tarde continuamos con las Olimpiadas, esta vez con un torneo de Brilé entre las Casas Pirata terminando en victoria para Sparrow y Swan.

Duchas y a cenar para después tener la sorpresa del día.

Los monitores de aire libre salieron a buscar el barco del pirata Morgan que, según la leyenda, encalló hace años en el barranco cercano al campamento, el cual antiguamente estaba anegado de agua. El problema es que no volvieron por lo que se organizó a todo el campamento para salir a buscarlos en una pequeña marcha nocturna.

Pero cual fue la sorpresa de todos cuando en mitad del bosque en plena búsqueda hallaron un barco pirata encallado entre los árboles, iluminado tenuemente por unas pocas velas. Una visión fantasmagórica del mítico barco del Pirata Morgan. De repente los monitores de aire libre aparecieron en el barco pintados con marcas tribales ancestrales, profiriendo sonidos guturales entre cánticos piratas.

Los chicos, encantados por esta experiencia, marcharon felices a la cama, deseando que llegue un nuevo día lleno de aventuras.

Hasta mañana, tengan buena noche.