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Bueno, esto ya está en marcha.
Como la mayoría han podido ver en la plaza de Burguillos los inicios han sido buenos. Gracias a nuestro monitor Miguel Ángel han podido empezar fuerte con una serie de juegos y dinámicas de baile muy divertidas.
El viaje. Dos horitas y media de autobús. Un poco largas quizás pero amenizadas con la película Titanic para unos, con la guitarra para otros y con charla entre amigos para los que más.
Cuando llegamos al campamento el Pirata Jefe Emilius y parte de su flota nos estaba esperando para darnos la bienvenida, guiarnos a las cabañas y hacer el reparto oportuno. Casi inmediatamente después de dejar sus aparejos en las cabañas y tras el tiempo justo para acomodarse a ellas nos fuimos todos a por el rancho. Macarrones de primero, sanjacobos de segundo aderezado con ensalada y una pieza de fruta de postre.
Hasta aquí todo más o menos normal. Empecemos con el campamento. Tras un ratillo de tiempo libre para conocerse entre ellos y adaptarse a las instalaciones se les reunió para dinámicas de grupo. En ellas se les hace la primera separación por grupos de edades y se realizan juegos para que terminen de conocerse todos.
Bocata de mortadela para recuperar energías y a seguir con la primera Gymkhana del Campamento.
Resulta que el Pirata Garrapata ha perdido seis objetos y para recuperarlos pidió ayuda a nuestros chicos. Obviamente no es tarea fácil pues para conseguirlo debían superar diversas pruebas (pintarse un parche en la cara con los ojos cerrados, pasarse espaguetis con los dedos del pie, etc).
Todos los grupos, demostrando una gran valentía y habilidad consiguieron recuperar todos los objetos y se les obsequió con su pañoleta pirata, distintivo de cada Casa Pirata a la cual pertenecerán durante todo el Campamento.
Un poquito de duchas, un poquito de cena (ensaladilla, filetes de pollo y flan) y a por el juego nocturno. Teníamos un tesoro enterrado en el campamento y, por supuesto, nuestros grumetillos debían encontrarlo. Pero, ¿cómo se encuentra un tesoro sin mapa? No se puede y por ello se les ha dado un mapa con un mensaje encriptado que debían descrifrar. Unos con más problemas otros con menos han consguido descifrarlos y después de unas cuantas vueltas y revueltas al campamento, cavar un poco y cavar otro poco más todos han localizado el tesoro del Gran Pirata Flink. ¡Bravo!
Y hasta aquí el primer día. ¿No está mal no? Cansados y rendidos se han ido todos a dormir, mañana será otro día.